Emprendimiento y Síndrome de Peter Pan

“Never grow up”
Peter Pan

El Síndrome de Peter Pan es un tipo de patología del comportamiento que, según los psicólogos implica no querer aceptar las obligaciones y responsabilidades propias de la edad adulta. Quienes lo padecen son personas que teniendo la edad para comportarse como adultos, simplemente no lo hacen. Esto tiene unas implicaciones importantes no solo para quien lo tiene, sino para su entorno.

En el mundo empresarial, he visto con demasiada frecuencia, organizaciones que no avanzan y se quedan por más tiempo del necesario en la fase de startup, es decir, empresas que sufren del Síndrome de Peter Pan.

Ante esto, lo primero que hay que entender es que el emprendimiento es una etapa previa dentro del proceso de creación de una empresa. Es la fase inicial y es muy importante, pues allí se define el Modelo y se testea muchas veces la hipótesis del negocio. En pocas palabras, es una etapa creativa.

La literatura especializada coincide en estimar que este período no debería ir más allá de los 3 años, es decir, que a partir de ese tiempo, el emprendimiento debe escalar y convertirse en una empresa. Esta es la etapa gerencial.

Hacer la transición de emprendimiento a empresa es una fase del proceso que no sólo debe hacerse en un tiempo perentorio, sino que hay que estructurarla y organizarla. Ciertamente, no es algo que se haga de la noche a la mañana.

Quienes por desconocimiento o terquedad, se queden por más tiempo del debido en la etapa de startup corren el riesgo de llevar su emprendimiento directo al fracaso, incluso pudieran terminar odiándolo y no es de extrañar, pues quien emprende lo hace por múltiples razones, entre ellas, ser su propio jefe y cuando no se hace el paso hacia empresa, termina siendo empleado de nuevo, incluso a nivel de esclavitud.

¿Dónde está el freno?

En querer tener el control de todo, la falta de gerencia al no propiciar una estructura y permitir que personal preparado tome las riendas del negocio. No saber delegar.

Otro freno es no tener una visión compartida de largo plazo que permita dar guía y foco a todos los recursos de la empresa.

De igual forma, la ausencia de un plan de acción con toda la rigurosidad que requiere una transición tan importante, genera confusión y evita llegar a puerto seguro porque no hay puerto a donde llegar.

¿Cómo hacerlo?

Si el emprendimiento ya ha sobrepasado con éxito los dos años de actividades, es momento de comenzar a planificar la transición hacia empresa. El punto de partida son los procesos y la estructura organizativa.

La idea sería convertir los obstáculos en acciones, es decir, crear e implementar una visión compartida, construir una estructura organizacional básica y plasmarlo todo en un plan sencillo y concreto de acciones amarradas a un calendario de ejecución.

Finalmente, está el cambio de mentalidad, despedir al emprendedor, agradecerle sus servicios y darle la bienvenida al empresario que tiene claro de dónde ha venido y la próxima meta a alcanzar.

El emprendedor que evoluciona se vuelve un excelente empresario, que sabe gerenciar su empresa pues conoce a fondo todos los procesos. Ese know-how es su esencia y su secreto de éxito.

Entonces Peter Pan decide dejar el miedo y crecer, sin perder la magia

Por: Marisela Cuevas Sarmiento

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